Las flores en tu boda

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SANTIAGO VALPARAISO RANCAGUA

Las flores en tu boda

Durante siglos y siglos, la belleza, los olores y los colores de las flores han adornado los mejores momentos de la vida del hombre, en su vida cotidiana y también en las ocasiones más especiales.

Pero fue en la época victoriana, a finales del siglo XIX, cuando a las flores se les quiso otorgar un lenguaje (determinadas flores y arreglos florales servían para enviar mensajes codificados). Y aún hoy, guardan un significado.

Aquí tienes un pequeño diccionario con la simbología de las flores, por si tu elección del ramo de novia y de los adornos florales de tu boda la quieres basar en olores, colores y… su lenguaje.

A
Almendro: indiscreción.
Amapola roja: consuelo.
Anémona: abandono por hastío.
Azahar: castidad y pureza.
Azalea: templanza / pasión.
Azucena: corazón inocente, delicado.

B
Begonia: cordialidad.

C
Cala: elegancia, rectitud y nobleza.
Caléndula: inquietud / calma ante las dificultades.
Camelia: belleza.
Clavel: amistad, amor conyugal.
Clavel amarillo: desdén.
Clavel blanco: ingenuidad, inocencia.
Clavel rojo: corazón que suspira.

D
Dalia: inestabilidad, desorden, pasión.

E
Enebro: Afecto duradero.
Espiga de trigo: riqueza, abundancia de bienes.

F
Flor de lis: llama.

G
Girasol: adoración / alegría, espontaneidad, inmadurez.
Gladiolo: de genio vivo / elegancia, solemnidad, tristeza por ausencias.

H
Hiedra: fidelidad.
Hortensia: capricho / frialdad, aborrecimiento.

J
Jacinto: constancia, beneplácito.
Jazmín: sensualidad.

L
Lila: primer amor, juventud inocente.
Lirio blanco: pureza.
Loto: inteligencia, elocuencia.
Lis (flor de): esperanza, belleza perfecta.

M
Madreselva: amor, fraternidad.
Magnolia: amor a la naturaleza, simpatía.
Margarita: infancia, inocencia, esperanza en el amor verdadero.
Menta: virtud, lozanía.
Mimosa: alegría de juventud, sensibilidad.
Muérdago: espíritu de superación.

N
Narciso: egoísmo, belleza exterior.
Nenúfar: puro de corazón.
Nomeolvides: ídem.

O
Olivo: paz.
Orquídea: belleza, dulzura.

P
Petunia: me alivias / travesuras, picardía.

R
Romero: recuerdo.
Rosa: amor.
Rosa amarilla: celos, envidia.
Rosa blanca: elegancia, pureza e inocencia.
Rosa roja: belleza, pasión, amor.
Rosa rosada: felicidad, crecimiento espiritual.
Rosa sin espinas: sin miedo.
Rosa (capullos blancos): inocente en el amor.
Rosa (capullos rojos): pureza.

S
Salvia: virtud en la casa.
Siempreviva: esperanza, templanza, corazón guerrero.

T
Tomillo: constancia, apoyo.
Trébol: venganza.
Tulipán amarillo: amor sin esperanza.
Tulipán rojo: declaración de amor.

V
Verbena: encanto.
Violeta azul: confianza.

Esperamos que haya sido de utilidad!

El primer baile en una boda

Elegir el primer baile de la boda también es una decisión importante. Un vals es la elección más típica, y no por ello desaconsejable. De hecho, si son muy tradicionales, no tienes mucho que pensar. Adelante con el vals.

En algunos libros de protocolo encontraras que el baile lo deben abrir la novia con el padrino y el novio con la madrina. Como siempre, es cuestión de gustos seguir el protocolo al pie de la letra o no hacerlo. Nosotros apostamos por que el baile lo abran los novios; ya habrá tiempo después para que bailen una pieza con el padrino y la madrina.

Un baile emotivo y significativo para los dos (con la canción favorita de fondo, por ejemplo) o un baile divertido para los invitados. En cualquiera de estos dos casos, hay muchas opciones: desde un apasionado tango a la banda sonora de una película o un popurrí de distintos temas.

De la pelicula «Dirty Dancing», les dejo un vídeo de una pareja británica (Julia y James) que se atrevió con esta melodía para el primer baile de su boda. No parece fácil imitarlos, la verdad. Este vídeo tiene su historia, porque Oprah los invitó a su show y les dio una sorpresa llevando a Patrick Swayze.

A pensar entonces en el primer baile.

Consejos para planificar el matrimonio

Planificar una boda puede resultar una tarea ardua y compleja, con cientos de detalles de los que estar pendiente. Por eso, el ser capaz de organizarse bien es muy importante, en especial si nunca te has enfrentado a un reto semejante. Aquí te ofrecemos cinco consejos básicos que siempre conviene tener en cuenta:

1. CUANTO ANTES EMPIECES, MEJOR. Sí, sabemos que organizar toda una boda puede dar una pereza terrible, pero no conviene dejar las cosas para mañana. Cuanto antes te pongas a ello (sobre todo a la hora de decidir el lugar de la ceremonia y el del banquete, para reservarlos), menos te estresarás. No hace falta que decidas el color de la mantelería con un año de antelación, pero si empiezas a buscar ideas pronto y a formarte la idea de cómo quieres que sea tu boda, todo irá sobre ruedas.

2. USA UN CUADERNO. Llevar tu propio diario de boda te ayudará a no olvidarte de ningún detalle. Para planificar todo de la mejor manera, apunta cada tarea y cada aspecto de la organización y fíjate una fecha estimada en la que quieras tener resuelta cada una de esas facetas. Tus previsiones cambiarán sobre la marcha, claro, pero el mero hecho de haberte propuesto unos plazos determinados te ayudará a llegar a tiempo.

3. COMPARTE RESPONSABILIDADES. El novio también tiene que hacer su parte (y si eres el novio, ¡bravo por estar leyendo esto! Lo mismo va por ti: no te encargues tú solo de todo). Pídele que te ayude. Reparte las tareas y, sobre todo, habla mucho. Hablar no solo te ayudará a evitar malentendidos y conseguir que las cosas queden a tu gusto; también reduce notablemente el estrés. Van a pasar el resto de vuestra vida juntos, así que superar la organización de la boda puede ser un buen entrenamiento para la relación.

4. SÉ FLEXIBLE. Igual que tu pareja debe ayudarte, tampoco puedes imponer tu criterio sobre todas las cosas. A veces tendrás que ceder para contentar a otros, y a veces tendrás que ceder por razones de organización: si no está disponible determinado tipo de flor en la época del año en que te casas, qué se le va a hacer. Recuerda siempre que, en el tema de las bodas, siempre hay decenas de alternativas para cada detalle.

5. MEJOR POR ESCRITO. Cuando trates con profesionales (alquiler de un local, catering, fotógrafo, etc.), es mejor que hables largo y tendido de todos los detalles (fechas, localizaciones, horas contratadas…) y que pongas por escrito las condiciones del acuerdo. Es la mejor manera de ahorrarse sorpresas y disgustos de última hora. Si necesitas ayuda confía en profesionales en el área.

Que evitar antes de un matrimonio

Todos cometemos errores, sobre todo si lo que tenemos entre manos es algo tan complejo como la organización de una boda. Para que te ahorres un disgusto de última hora, aquí te mencionamos 6 de los fallos más comunes para que no te pillen por sorpresa:

1. AGOTAR EL PRESUPUESTO DEMASIADO PRONTO. Seguro que a estas alturas ya te has dado cuenta de que organizar una boda es caro. Hay que pagar por casi todo y no es infrecuente que algunas novias, dejándose llevar por el entusiasmo inicial, comiencen a comprar y contratar sin mantener un ojo puesto sobre su presupuesto y agoten su dinero previsto (o el de sus padres) cuando aún les falta la mitad de las áreas por completar.

2. RESERVAR TARDE EL HOTEL. Cuando organizamos una boda en una ciudad a la que acudirán muchos invitados de fuera, es común que los novios reserven habitaciones en un hotel (o mejor dos, de distinto precio, para que los invitados puedan escoger), donde probablemente les hagan un descuento de grupo. Pero dejar esta tarea para el final es muy peligroso, pues una convención o una feria o acto importante que coincida en fechas con tu boda puede dejarte literalmente sin ninguna plaza libre. Intenta reservar lo antes posible; unos seis meses de adelanto está bien.

3. INVITAR A DEMASIADA GENTE. Invitar a muchos no es un error, pero sí lo es invitar, por ejemplo, a 300, pensando que solo acudirán 200. Podrías «morir de éxito» y tener que cambiar todos tus planes por encontrarte con demasiados asistentes. Para que no te ocurra esto, estima que el porcentaje de gente que rechaza una invitación de boda -entendiendo que no invitas a lo loco, sino a quienes tú crees que tal vez quieran ir- se suele situar entre el 10 y el 20%. Si invitas a 200, no cuentes con menos de 160 asistentes.

4. LANZARSE A TRATAMIENTOS Y DIETAS DE ÚLTIMA HORA. Créenos: no funciona eso de pasarse los últimos días antes de la boda sin apenas comer; ni conviene que te intentes procurar un superbronceado de última hora. El riesgo de catástrofe es demasiado alto.

5. INTENTAR HACERLO TODO SOLA. Tu prometido está ahí para algo. Deja que te ayude. Igual que tu familia. Intentar echarte toda la responsabilidad de la organización sobre los hombros es algo agotador y contraproducente. Además, es más divertido hacer las cosas en grupo (aunque nadie debe olvidar que eres tú la que manda).

6. OLVIDARSE DE QUÉ ES LO IMPORTANTE. Nunca olvides que lo que estas haciendo no es únicamente organizar una boda, sino comenzar una vida juntos. Pórtate bien con tu prometido -y viceversa-. Es muy probable que surja algún roce por el estrés y la tensión de estar pendiente de tantos detallitos, pero no dejéis que las cosas se salgan de madre. Vuestra relación es lo verdaderamente importante.

No olvides que cuentas con el apoyo de profesionales y para ello debes decidirte pronto. Cuenta con los mejores Even Producciones.